Vivir en el extranjero, ya sea para estudiar o para trabajar es algo que, alguna vez en la vida, se nos pasa por la cabeza a todos, directa o indirectamente. De hecho, si estás leyendo esto, eso solo puede significar dos cosas: o bien tienes mucho interés en trabajar en el extranjero, o bien tienes muchísima curiosidad que al final acabará por convertirse en interés. Y si estás aquí también es porque quieres que alguien te convenza y te dé el empujón necesario para empezar una nueva aventura, ¿verdad? Pero bueno, vayamos al grano. ¿Por qué nos da tanto miedo solo el hecho de pensar que nos vamos a otro país? ¿Tan difícil es vivir en otro país? ¿Voy a estar todas las noches echando de menos a mi familia y a mis amigos?
La realidad es que vivir en otro país no resulta demasiado fácil al principio, pero nadie ha dicho que no sea gratificante. Sea como sea, es una experiencia que cambiará tu vida completamente. Definitivamente es algo que merece la pena probar, ya que son muchos los beneficios de irse al extranjero; aunque es posible que no todo el mundo esté preparado para ello. Por eso mismo, quédate a leer estos consejos que te hemos preparado para comprobar de qué madera estás hecho y si eres capaz de aventurarte en esta experiencia que, repetimos, te cambiará la vida.
Consejo 1: asegúrate de elegir bien el país
Entonces hemos quedado en que es muy bonito lo de irse al extranjero, pero ¿qué país es el extranjero exactamente? Puesto que no hay ningún país llamado «extranjero», será preciso iniciar la búsqueda de un país que sea particularmente compatible contigo.
Lo primero que debemos tener en cuenta son las posibilidades de encontrar trabajo en un determinado país, ya que no es lo mismo buscar trabajo en países como Inglaterra, Alemania o Francia, que buscar trabajo en Albania, Macedonia del Norte o Ucrania. Con esto no queremos insinuar nada, ya que puedes ir adonde quieras, pero debes saber que es un factor muy a tener en cuenta a la hora de decidir tu destino de trabajo en el extranjero, sobre todo para los «primerizos».
Por ello, convendría en buena medida conocer de antemano las condiciones laborales de cada país, es decir, informarse sobre el sueldo, duración de la jornada laboral o incluso los periodos de vacaciones. De hecho, te podrá parecer insignificante, pero tener tiempo para ti y para explorar cuando estás en otro país es tremendamente importante para poder empezar a conocer a gente y adaptarte lo más rápido posible. Al fin y al cabo, no vas a otro país expresamente para trabajar, sino que vas para aprender, explorar y, sobre todo, vivir.
En segundo lugar, aunque te quedes embelesado viendo imágenes por internet de tus ciudades favoritas, has de saber que detrás de esas bonitas imágenes, hay que valorar los posibles aspectos negativos, como lo pueden ser el precio del alquiler, el sistema sanitario, el coste de la vida, etc. Por ejemplo, quizá París sea para tus ojos tu ciudad idílica, pero quizá no lo sea para tu bolsillo, así que no te dejes llevar por tus deseos irrefrenables de vivir en una gran urbe, si hacerlo te va a costar sudor y lágrimas.
En tercer lugar, debes ser realista con tu elección, pues de poco sirve querer trabajar en la isla más recóndita de Grecia si lo único que sabes de griego es lo que lees en los yogures que tomas. Debes elegir en función de tus habilidades y aptitudes, ya que, dependiendo del país, una profesión puede estar muy demandada o no; tener un salario muy alto o muy bajo… Por ello, lo idóneo es elegir un país en el que puedas trabajar en tu especialidad mientras ganas un salario en condiciones.
Por último, una muy buena opción para aliviar la melancolía que nos entra al dejar nuestro país, al menos la primera vez que lo hacemos, es elegir un país «familiar», es decir, que tenga ciertas semejanzas con nuestro país de origen. De esta manera, te será más fácil adaptarte a tu nuevo entorno y te sentirás mucho más cómodo a la hora de empezar este nuevo desafío.
Consejo 2: el idioma
Efectivamente, el segundo consejo que te damos es aprender el idioma del país en cuestión. Es obvio decir que, en estas circunstancias, tu mejor arma y escudo va a ser el idioma, ya que sin él estarás perdido ante los miles de enemigos que acecharán cada día. Bueno, quizá hemos exagerado un poquito eso último, pero repetimos: el idioma será tu mejor arma en tu nuevo país.
Como hemos señalado antes, debes elegir un país en función de los idiomas que conozcas. Asimismo, si sabes inglés y alemán, tanto Alemania como Inglaterra pueden ser destinos a tener en cuenta, ya que, aunque tu nivel de alemán sea más bajo, en ambos países se habla inglés. Por tanto, aunque no te sientas muy seguro con el idioma principal del país, no cabe duda de que también es muy importante saber inglés, ya que nos puede servir de respaldo ante diversas situaciones. No obstante, nuestra recomendación es que mejores al máximo posible todos tus idiomas, ya que en ocasiones puedes obtener más puntos a la hora de encontrar trabajo si hablas considerablemente bien el idioma del país u otros idiomas que estén muy demandados. También te recomendamos encarecidamente que reserves un pequeño espacio en tu plan de aprendizaje para enfocarte al ámbito profesional del idioma que estudies, ya que te puede ser de gran ayuda.
Para finiquitar este consejo te haremos una pregunta. ¿Cuál es el mejor profesor para aprender el idioma de verdad? Efectivamente, los amigos y los compañeros de trabajo. Seguramente, comunicarse con los compañeros del trabajo, además de ser una forma ideal de adaptarse mejor y de hacer nuevas amistades, es uno de los mejores métodos para dominar completamente el idioma y convertirse en un auténtico nativo, tanto social como profesionalmente, pero ya te hablaremos de eso más adelante.
Consejo 3: confía en ti; si has llegado hasta donde estás, ¿por qué no vas a llegar más lejos?
¿Qué es eso? ¿Por qué siento nervios? ¿Por qué creo que todo va a salir mal? ¿Me voy a sentir solo? En caso de que te sientas identificado con todas estas preguntas, permítenos hacerte un par más.
- ¿Has tenido ya antes esa misma sensación en su vida?
Si respondes que no, difícilmente te vamos a creer, así que asumiremos que has respondido con un sí. No te lo tomes a mal, no es nada personal, es solo que estamos convencidos de que ya te habrás arriesgado unas cuantas veces en tu vida y es posible que algunas cosas hayan salido bien y otras no tan bien. Lo que sí es seguro es que, independientemente del resultado, estás aquí todavía dispuesto a seguir creciendo, lo cual dice mucho de ti.
Además, antes de seguir, te pediremos que pienses detenidamente y que reflexiones un momento. ¿Qué es lo peor que puede pasar si las cosas no acaban saliendo como pensaste? ¿Volver de nuevo a casa? Entonces, si ese es «el peor final» que te puede deparar el futuro, ¿no es mejor intentarlo cuando sabes que tienes muchísimo que ganar y muy poco que perder en realidad? De hecho, aunque salga mal, vas a salir ganando porque te darás cuenta de si estás hecho para vivir fuera o de si realmente es lo que querías. Puede sonar muy cursi, pero «más vale intentarlo y fracasar que lamentarse de no haberlo intentado nunca», así que confía en ti más que nunca.
Ahora, vamos con la segunda y última pregunta (prometemos que es la última).
- ¿El miedo que puedes tener proviene de ti o de todos los comentarios negativos que has escuchado de tu círculo más cercano?
Aunque parezca una obviedad, es conveniente que no te dejes guiar ni por las experiencias ni por los comentarios negativos, ya que, al fin y al cabo, cada uno vive su propia experiencia de forma única. Además, es curioso que, por lo general, nos cuenten más experiencias negativas cuando la realidad es que hay muchísimas experiencias positivas que cuentan historias maravillosas y que sirven de inspiración. Por eso, ¿quién sabe si la próxima puede ser la tuya?
En definitiva, cada experiencia es incomparable y única, por ello, todo depende de ti, no de lo que te digan. Pero bueno, este consejo está empezando a solaparse con el siguiente, así que es hora de catapultarnos hacia adelante.
Consejo 4: prepárate, adáptate y aprende
Vale, mucho cuidado ahora porque entramos en el terreno de lo espiritual y psicológico. Si nos ponemos filosóficos, podríamos decir sin miedo a equivocarnos que irse a trabajar a otro país es como empezar una vida desde cero, pero contando con toda la experiencia que has reunido durante toda tu vida. Por eso mismo, tú vas a ser tu mayor soporte en esta nueva aventura y, por ende, todo va a depender de ti, de tu actitud y de tu perspectiva.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de trabajar en otro país para poder adaptarnos de la mejor manera posible?
En primer lugar, lo más importante es el sentirse como en casa, por ello, es necesario que dispongas de tu santuario, tu zona de paz o conocido más comúnmente como tu habitación. Respecto al alojamiento, lo mejor es mirarlo cuanto antes, pero no te preocupes, ya que hay muchas páginas que se encargan de ofrecer alojamientos en el extranjero totalmente verificados para estudiantes o recién graduados. Es el caso, por ejemplo, de Erasmusu y si quieres alquilar habitación, te sugiero que le eches un vistazo a su página.
En segundo lugar, debemos tener en cuenta el pensamiento, la cultura y las costumbres de los habitantes de ese país. Por ejemplo, si eres una persona muy activa socialmente y extrovertida, países como Suiza, Noruega o Finlandia no casarían demasiado con tu personalidad. Es cierto que son países muy fuertes económicamente, pero tienes que pensar en si prefieres solo el dinero o vivir en un sitio más acorde con tu personalidad que puedas disfrutar más. No queremos tirar de clichés, pero el dinero no da la felicidad y ya que hemos tirado de este cliché tan famoso, hemos de añadir también que el dinero jamás debería ser tu mayor motivación para ir a trabajar a otro país. Ahora que hemos sacado el tema a colación, este es un buen momento para recordar los motivos que te llevaron a querer trabajar en otro país. Quizá quieras descubrir nuevos lugares, mejorar el idioma, conocer nuevas experiencias, hacer nuevas amistades, aprender de qué eres capaz o, ¿por qué no?, aprender quién eres. Quizá no te hayas dado cuenta, pero todo lo mencionado se reduce a aprender, por lo que, sea cual sea el motivo, tu principal objetivo será aprender y créenos cuando te decimos que vas a aprender muchísimo.
Consejo 5: intégrate con la gente del trabajo
Otro de los consejos más importantes que te podemos dar es que te integres en el trabajo con tus compañeros, pues, teniendo en cuenta que va a ser uno de los lugares en el que más tiempo vas a pasar, te conviene sobremanera estar cómodo y disfrutar de un ambiente social agradable en tu puesto de trabajo.
Como te hemos comentado antes, cuanto antes te adaptes a tu nuevo entorno más fácil te será conocer a gente nueva, es decir, a tus nuevos compañeros de trabajo, en este caso. Por si nunca habías pensado en ello, los compañeros de trabajo son posiblemente las personas más enriquecedoras que existen, ya que pueden hacer de tu jornada laboral un rato muy agradable, pueden agregarte a su red de contactos profesional (como veremos más adelante) y pueden ser tus amigos cuando salgas del trabajo. Por ello, resulta casi indispensable hacer buenas amistades en el trabajo. Sin embargo, más de una vez te sentirás cansado y sin ganas de salir, pero haz siempre un esfuerzo, ya que es posible que tu estancia sea limitada y el tiempo siempre hay que aprovecharlo.
Además, también es una buena forma de aprender más sobre las costumbres y cultura del país, ya que solo el simple hecho de poder pensar como un nativo te va a abrir un mundo entero de posibilidades. Todo esto, a su vez, favorece a una de tus principales motivaciones: aprender el idioma.
Sin embargo, no te olvides de que, después de todo, si vas a otro país, también es para seguir creciendo como persona, no con el fin de cambiar tu personalidad radicalmente. De poco sirve ir a otro país y fingir ser otra persona para conseguir amistades poco enriquecedoras. Por ello, debes ser siempre tú mismo, con tus gustos, tus aficiones, tus defectos. Piénsalo durante un momento. Si eres tú en todo momento y eres fiel a tu personalidad, conocerás a gente con gustos y personalidades afines a ti y, ¿acaso no es eso sino la amistad?
Consejo 6: crea una red de contactos
En lo que se refiere a trabajo, toda ayuda que puedas recibir es poca. Por ello, queremos recomendarte algunas herramientas que puedes utilizar con el de fin tener el mayor número de oportunidades para encontrar trabajo. Nuestra primera recomendación, que resulta casi indispensable, es «LinkedIn».
Actualmente, «LinkedIn» es la mayor red de profesional del mundo y es usada por más de 150 millones de usuarios en todo el mundo. Se trata de una red social enfocada al ámbito laboral y profesional, en la que tanto empresas como trabajadores se promocionan. El principal objetivo de sus usuarios es crear una red de contactos que te recomienden o ayuden a encontrar un puesto de trabajo en los sectores que te interesen.
LinkedIn es una buena opción, no cabe duda. Sin embargo, no nos podemos olvidar de lo más importante y es que la red profesional más importante que puedes formar es la de los amigos no virtuales, es decir, los compañeros de trabajo. Resulta obvio que cuantas más personas conozcas podrás gozar de mejores oportunidades para encontrar trabajo. Además, no te olvides de que es muy importante cuidar tu red de contactos, ya que es parecido a mantener una amistad.
Por último, también es una buena opción investigar por internet y buscar experiencias de gente que ya haya estado ahí, pues internet está lleno de estas experiencias. De hecho, hay páginas cuyo objetivo es dar cuenta de todas esas experiencias. Tal es el caso de Erasmusu también, una página en la que, si bien se comparten mayoritariamente experiencias de estudiantes Erasmus en distintas ciudades, se habla también de cómo es la vida, la gente y la cultura de la misma.
Consejo 7: da el paso
Por fin, último consejo. Si has llegado hasta aquí es porque te lo estás pensando muy seriamente. Sin embargo, esto no va a ser un consejo, ya que nosotros hemos hecho todo lo que está en nuestra mano para convencerte y para aconsejarte, pero la última palabra siempre la tendrás tú. ¿Qué más podemos hacer nosotros? ¿Decirte que te atrevas a hacer todo lo que te propongas porque vas a ser capaz? ¿Decirte que disfrutes de todas las experiencias mágicas y fantásticas que te aguardan? ¿Decirte que el mundo es un lugar maravilloso que hay que descubrir y explorar? ¿Decirte por enésima vez que es una experiencia que no solo te cambiará la vida completamente, sino que te hará crecer infinitamente como persona? Podríamos hacer todo eso, sí, pero preferimos que des tú mismo el paso y que tú mismo descubras y vivas la que seguramente se convertirá en la mayor experiencia de tu vida.
Hasta aquí nuestro aporte. Estos han sido todos los consejos que hemos podido reunir para ayudarte. Como te hemos dicho antes, todo lo que venga ahora dependerá de ti. ¡Anímate y ve a por todas!
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