Dicen que de Erasmus 5 meses son como 5 días y que el Erasmus no es una sola vez en la vida, sino toda la vida de una sola vez. La verdad por delante: razón no les falta a estos dichos. La vida pasa de cero a cien y el ritmo al que uno vive nuevas experiencias adquiere unas velocidades vertiginosas. Por eso, partir del hogar con todos los cabos bien atados es de vital importancia para poder vivir una de las épocas más ricas de nuestras vidas de estudiantes de la mejor manera posible.
Hoy hablaremos de las cosas que uno ha de tener en cuenta cuando por fin se decide a irse de Erasmus, todo sea por hacer de vuestra experiencia en el extranjero una etapa feliz y enriquecedora. A parte de los siguientes puntos, encuentra información ampliada sobre ciudades, universidades e incluso alojamiento en la web de Erasmusu, la página de alquiler de habitaciones para estudiantes. Nunca está de más comparar y conocer reseñas de otros estudiantes.
1. El Señor Papeleo y la Señora Burocracia
Sí, queridos estudiantes, nadie se salva de pasar por el aro de los trámites administrativos a la hora de prepararse para su estancia en el extranjero. No solo estamos hablando del Contrato Académico y los trámites para la beca Erasmus, también están las becas autonómicas que podéis pedir o las de vuestro país de acogida, el contrato del piso o el abono al transporte público de vuestro destino. Ya sabéis que no se deben perder de vista y que cuanto antes se tenga claro qué hay que rellenar y bajo qué fechas límite, mejor. Esto es como con los exámenes, una revisión a último momento solo trae agobio y estrés en vano. Hacerlo con tiempo permite sobre todo hacer frente a los contratiempos con más margen de maniobra; de hecho, no es nada raro que uno tenga que rehacer el papeleo porque no le aceptan un documento mal escaneado o porque, como suele pasar con el Contrato Académico, las asignaturas que se habían escogido no se impartían finalmente.
Al final, todo o casi todo el mundo que se lo propone acaba haciendo frente a la pila de documentos y trámites; todo es tener paciencia y hacerlo con pulso y buena letra. Así que ya sabéis, ¡no sufráis más de lo necesario y hacedlo todo con tiempo!
2. Abrid los poros para absorber lo máximo
Hay diversas razones por las que uno decide irse de Erasmus: el querer vivir fuera de casa o de su país, el salir de fiesta día sí y día también, el aprender, el probar nuevas experiencias, el vivir en ese país con el que uno lleva soñando toda la vida... Para hacer cada una de estas cosas mejor venir abiertos de mente y preparados mentalmente. ¿Shocks culturales? Los habrá y quizás también desilusiones o sorpresas afortunadas.
Sea cual sea vuestro destino, será mejor ir preparado con todas las herramientas posibles para disfrutar de la experiencia: aprender el idioma local o hacer amigos nada más llegar pueden ser dos oportunidades para pasárselo en grande. En mi estancia en París, por ejemplo, ya sabía qué grupos de música de la escena local buscaban bajista, en qué lugares podía aprender japonés y qué tipo de eventos internacionales y conferencias interesantes podía encontrar antes de haber puesto los pies en la ciudad. Diversificando y aprovechando las pasiones que uno mismo tiene se vive el Erasmus de maravilla y si se hacen amigos para toda la vida, ¿qué más se puede pedir?
3. Informaos de las oportunidades que ofrece vuestro destino
Como ya hemos comentado en el punto anterior, hay que informarse de todas las oportunidades. Erasmusu tiene toda la información de lo más completa y puedes entrar desde aquí. Si uno se prepara en casa, las podrá aprovechar mejor. Cuando busquéis residencia o piso para compartir informaos de la zona, de los comedores universitarios o bibliotecas cercanas.
Otro problema recurrente es el de el transporte de efectos personales, en particular si os vais para todo el año. No suele ser suficiente con una maleta y hacer varios viajes puede ser inviable, por eso está bien informarse de los servicios de envíos de paquetes para hacer la mudanza.
Si os adaptáis a todo y afrontáis las dificultades, demostraréis capacidad de flexibilidad; ya no habrá nada que os pare. Al fin y al cabo, eso es también hacerse adulto.
4. No todo es un camino de rosas
De Erasmus también se viven malas experiencias. Hay a gente que simplemente se le presentan demasiados obstáculos y tiene que rendirse. Sé de gente que no ha encontrado piso, ha llegado a la ciudad sin nada y ante la perspectiva de vivir en una habitación con la ventana rota en pleno invierno se ha vuelto a España. No pasa nada por hacerlo, ante todo la salud y el bienestar de cada uno. No se es menos fuerte por echar de menos a la familia o los amigos. Estas experiencias te hacen madurar como persona. Dentro de las circunstancias, vivid lo mejor que podáis y no podréis decir que no aprovechasteis vuestro Erasmus.
Sabed que los coordinadores de la oficina de Relaciones Internacionales de vuestra universidad están ahí y que tienen la responsabilidad de ayudaros en la medida de sus posibilidades. No dudéis en contactar con ellos o con algún responsable de la universidad que os acoja si tenéis problemas. ¡Buscad ayuda antes de que las cosas se vayan de las manos! Pedir ayuda es lo más humano del mundo y siempre habrá alguien dispuesto a ayudaros.
¡Ya solo os queda disfrutar de la oportunidad que es el Erasmus! ¡A comerse el mundo se ha dicho!
Entra en Erasmusu y empápate de todo lo que necesitas saber antes de irte de Erasmus.
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