Una vez terminada la universidad llega el momento de la búsqueda de empleo, una tarea difícil aunque no imposible si sigues los pasos adecuados.

Encontrar el primer trabajo actualmente se ha convertido en toda una odisea para muchos, especialmente para los recién graduados. En la mayoría de los casos la falta de experiencia es el primer obstáculo con el que nos encontramos al salir de la universidad.

Los métodos tradicionales de búsqueda de empleo siguen funcionando hoy en día, no obstante es importante complementarlos con otras acciones que permitan ampliar el alcance de nuestras posibilidades. Si bien es cierto que no existe la fórmula perfecta para conseguir el trabajo de tu vida, las siguientes claves pueden ser realmente efectivas para acercarte a tu objetivo.

Conócete. Realiza un DAFO de ti mismo para identificar tus fortalezas y tus puntos débiles, así como las oportunidades y las amenazas que presenta tu entorno. De este modo podrás saber lo que te hace diferente para sacarle el máximo partido y mejorar aquello que afecta negativamente a la hora de alcanzar tus metas.

Actúa como el profesional que quieres ser. Desarrolla tu imagen profesional online a través de la creación de tu página web y de la comunicación en las redes sociales. Identifica los canales que te ofrecen mayores oportunidades para darte a conocer y desenvuélvete en ellos. Comunica quién eres y déjate ver.

Mantente activo. Aprende idiomas y otras materias que te interesen y que puedan servir como complemento a tu formación universitaria. Dedicar parte de tu tiempo libre al aprendizaje es una inversión. Infórmate sobre becas, cursos gratuitos y otros recursos disponibles en tu universidad, en internet, en escuelas o en el ayuntamiento de tu propia ciudad.

Otra opción es la realización de voluntariados, pasantías, colaboraciones… que amplían tus horizontes y aportan un valor añadido a tu currículum. Además, pueden contribuir a tu crecimiento profesional y formar parte de tu experiencia laboral.

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Practica networking. Aumenta tu número de contactos en el sector tanto a través de internet como de forma presencial. Utiliza las redes sociales y asiste a encuentros con otros profesionales (seminarios, congresos, cursos…) para aumentar tu visibilidad y conocer personas interesantes con las que poder establecer colaboraciones y futuras relaciones laborales.

Desarrolla tu pequeño proyecto. Hacer lo que te gusta puede ser una fuente de oportunidades si sabes a quién y cómo comunicarlo. Plantea un proyecto a pequeña escala que sea asumible con tus recursos y conocimientos actuales y dale forma. Una vez lo hayas terminado podrás usarlo como carta de presentación en una entrevista de trabajo, si lo muestras a tus contactos de interés o si lo compartes en tus principales canales de promoción como tu página web o las redes sociales. Además, aunque se trate de un trabajo personal también es una forma de acreditar tu experiencia y aptitudes profesionales.

Sigue formándote y mantente siempre actualizado sobre lo que sucede en tu sector. Salir de tu zona de confort y atreverte a conectar con otras personas de tu ámbito profesional puede abrirte muchas puertas.

Estos son algunos consejos que pueden ayudarte a poner en marcha tu carrera profesional sorteando las principales limitaciones que supone la falta de experiencia al terminar la universidad. Sin embrago, no hay que olvidar que lo más importante es la actitud que tomamos frente a las situaciones adversas y la confianza que depositamos en nosotros mismos para lograr cualquier objetivo.