Hoy entrevistamos a Tania Sangla, profesional con quince años de experiencia formando y asesorando equipos.

¿En qué consiste tu trabajo?
Mi trabajo consiste en la impartición, gestión y creación de formaciones en habilidades sociales y personales en el ámbito empresarial. Formaciones prácticas y adaptadas a las necesidades específicas de la organización y del colectivo. Con los años la línea de consultoría para la mejora de competencias en los equipos cobró relevancia y actualmente potencio las dos líneas de actuación. 

¿Qué te dirías a ti misma con 18 años?
Creo que me diría algo parecido a lo que otros me dijeron entonces: “haz lo que te haga feliz y te guste”. No obstante considero que hay algo imprescindible a añadir, no sólo a los 18 sino en cualquier momento de la vida, que es tener la capacidad de reflexión, aprendizaje y reorientación ante equivocaciones o expectativas que no resultan como esperabas. 

¿Qué es lo mejor de tu trabajo?
Lo mejor de mi trabajo es poder apasionarme por los procesos de mejora y de aprendizaje, tanto grupales como individuales. Acompañar a un grupo de personas con la finalidad de que potencien habilidades, las reflexionen, tomen consciencia y lo más importante: ponerlas en práctica.   

¿Cuál fue tu primer trabajo?
Siempre combiné mis estudios universitarios con un trabajo. Recuerdo que el primero fue para una empresa financiera que realizaba inversiones en bolsa. Estaba en la captación de clientes. No guardaba ninguna relación con mis expectativas laborales, pero sí me ayudó a organizar mi tiempo y ser eficaz. 

¿Qué es para ti un buen equipo de trabajo?
Para mí un buen equipo es aquel que reúne unos requisitos básicos: el primero de todos es tener Identidad de Equipo, creerse parte de él y actuar como miembro del mismo. De aquí se desprenden el resto de condicionantes, entre otros compartir y conocer los objetivos, olvidar individualidades y potenciar una comunicación saludable y eficaz.

Tania Sangla

¿Qué problemas comunes has detectado en los equipos de trabajo que has formado?
Considero que un principal problema podría ubicarse en el siguiente titular: “De la teoría a la práctica”. En todos estos años de trayectoria me doy cuenta de que los grupos que formo, en términos generales, pueden conocer o acercarse con bastante éxito a los fundamentos de un equipo de trabajo desde la teoría.

No obstante puedes detectar cómo en el día a día y en el funcionamiento habitual se olvida, o bien existen dificultades, para poner esos aspectos en práctica. Lo más interesante es analizar el porqué de este bloqueo o dificultad para pasar a la acción y aquí es donde debes adaptar las acciones hacia el propio equipo, hacia las personas que gestionan el equipo o bien hacia ambos. 

¿Cómo llegaste a ser una formadora reconocida, asesorando sobre trabajo en equipo y sobre temas tan concretos y tan de actualidad como el tratamiento del estrés o la dirección eficaz de las reuniones de trabajo?
La experiencia en acciones concretas y el paso de los años apostando fuerte por lo que haces y crees ayuda en el posicionamiento, entre otros aspectos. Mis inicios estuvieron muy relacionados con el estudio del estrés, sus factores de riesgo y líneas de prevención. A partir de ese peldaño, trabajar este síndrome supone trabajar de manera efectiva sobre otros aspectos organizacionales, relacionales y personales. 

¿Quién no se siente estresado en algún momento? En una situación límite, por sobrecarga, por afrontar una situación desafiante… no hay una receta mágica sino una comprensión de los factores que se interrelacionan, y especialmente de cómo te relacionas tú con la situación. Este detonante hizo que empezase a trabajar la organización, el individuo y las competencias. Todo suma y nada se entiende desde una perspectiva unilateral.

¿Qué aspectos destacarías de un buen profesional?
Si nos distanciamos de las profesiones concretas y hablamos de un buen o buena profesional en general, debemos acercarnos a una ecuación donde son varias las variables que cobran vida. El conocimiento es necesario, sin duda, no obstante existe un peso fundamental o, desde mi punto de vista imprescindible, que reside en el área competencial de las personas. Desde mi opinión un buen profesional reúne competencias que le facilitan ser resolutivo, eficaz, productivo y sensible a la temática.